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Para completar el ciclo en China, decidimos ir a comer una de nuestras comidas favoritas: los dumplings fritos que encontramos el otro dia. Despues de una buena porcion nos dirigimos al Century Park, un parque rodeado de un lago en el que la gente escapa del corre corre de la ciudad. Que contraste ver rascacielos al fondo mientras unos patinan, meditan y niños le dan de comer a peces Koi en un lago tranquilo amurallado por bamboo. Caminamos hasta encontrar varias plazoletas en la que mucha gente se unia al son de la musica. En una esquina señoras y jovenes sacan abanicos de colores y practican un baile perfectamente coordinadas, luego castañuelas y pañuelos coloridos invaden el paisaje, mientras del otro lado un grupo practica Tai Chi, con gracia y precison.

Que buena ultima imagen de China, un pais en el que la comunidad y la familia son primordiales, en el que la recreacion e interaccion con otros sucede cada dia. En el que las viejas costumbres se unen con las nuevas, que despues de un dia de trabajo la gente sale a un parque con su familia, se une con otros desconocidos y simplemente baila. En la que la sensacion de pertenecer a un grupo, a la comunidad ,al pais en si, sobrepasa el concepto de individualidad y te llena cuando estas con otros. No se, al menos esa fue mi impresion. Que quizas el peso que llevamos por crecer en una cultura en la que necesitas ser unico, individual y especial , aqui no la sienten. Que mientras bailaban, no importaba quien se veia mejor, quien tenia los mejores pasos, sino el coordinar con otro, el compartir ,el pertenecer. Pense, mientras veia las cometas girar en el viento, que quizas aqui viven con mas equilibrio, un poco mas leves, mas unidos con su cultura e historia. Pense que a veces nos invadimos de preguntas existencialistas, pensando que estamos aqui para un proposito especifico, para ser el mejor en algo, para sobresalir y tener un carro y una casa. De pronto solo somos uno mas de millones y nuestro proposito es mas simple….

Terminamos la noche con puerco Katsu un plato japones con arroz y curry espeso, para luego dirigirnos al Bund por ultima vez . Llevamos cervezas y le dimos las buenas noches a las miles de luces del paisaje de acero. Compartimos al acordarnos cada experiencia en las ciudades que estuvimos, el buen viaje y lo bien que nos recibio China. Escuchamos la campana del reloj sonar las 11, y vimos como cada edificio se fue apagando, uno por uno en silencio.