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Despues de una buena noche de descanso nos levantamos, empacamos toallas y bloqueador y nos fuimos a esperar la lanchita para ir a la playa de Railey, lugar solo accesible por agua. En los 20 minutos de viaje desde Ao Nang, navegamos entre rocas altisimas y cuevas rodeadas de mar verde esmeralda, que vista! Al llegar fuimos recibidos por una playa largusima de arena blanca, agua cristalina y completamente rodeada de rocas caliza cubiertas de selva.

Mientras descansaba en la playa, Graeson decidio explorar el lugar para ver que mas podiamos hacer. Al regresar me conto que en la selva vio una familia de micos y que al final de la costa habian unas cuevitas de roca perfectas para cubrirnos del sol y estar un poco desolados. Nos cambiamos de lugar y disfrutamos de una playa desde donde podiamos caminar metros y metros hacia adentro, desde donde se podia ver hacia arriba y ver la altitud de las rocas, desde donde mirabas a la costa y estaba tan lejos que sentias la inmensidad del mar…